Resumen
el ser humano visto desde la Revelación invita a un encuentro con uno mismo. Para ello, invito a leer las reflexiones de algunos colegas especialistas que también describen lo hermoso que es la persona desde otros aspectos de la Sagrada Escritura. Así, el Salmo 8 estudiado desde la retórica bíblica develará que en el centro de la exégesis está el ser humano y no Dios, como se venía enseñando. La grandeza de Dios consiste en que el ser humano tenga sus mismos atributos; por eso el respeto y la dignidad de ver en el “otro” a Dios mismo.
Más adelante, el maestro Rubén Darío nos explicará cómo fue el en- cuentro entre el helenismo y la Torah acerca de la definición de persona, un contraste entre el mundo occidental y el pensamiento oriental. Conti- nuando con la exposición del Reino de Dios incluyente, desde la lectura pragmalingüística de Zaqueo en la lectura lucana, a través de la presentación del doctor Gbandi Nakpane; donde se presenta a Jesús, mostrando que, sin acepción de personas, todos somos queridos y abrazados por la misericordia de Dios; incluso a este hombre Zaqueo, quien era conside- rado un excluido de la salvación. Siguiendo con el Evangelio de Lucas, el doctor Antonio Escobedo nos explica la importancia del vestido desde la antropología cultural describiendo la dignidad de la persona desde los usos y costumbres de la época jesuánica. Finalmente, el especialista en Pablo, el maestro Octavio Mondragón, nos dedica una de sus investigaciones acerca de la antropología paulina, la cual nace, crece y corrobora un acontecimiento definitivo: la nueva creación. Pues, donde hay un cristiano, ahí hay una nueva creación. Una nueva forma de ver a la persona con sus bonda- des, pero más desde el abrazo de Dios, quien tanto ama al ser humano.